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Lo extranjero, una fascinación desde muy pequeña

Miércoles 3 de febrero de 2010, por Camille Chagot

Después de pasar muchos años soñando con "el extranjero" como quien sueña con la luna, Camille, descubrió en Sevilla primero y en México después su vocación: trabajar por un mundo mejor desde una dimensión solidaria e intercultural.

¿De dónde viene esa atracción que siempre he tenido por lo extranjero?
Muchas veces me había acercado a las fronteras de mi país. Siempre había pensado que iba a encontrarme frente a una línea que separa a mi país del otro y que iba a haber un choque visual donde se notará que cambié de país.

Tal vez sea porque no tengo ninguna raíz extranjera. Soy franco-francesa pura . Desde pequeña, siempre he viajado con mis padres por Francia, nunca fuimos fuera del país. Entonces cuando una persona me contaba su viaje al extranjero quedaba totalmente fascinada. Primero que nada por el hecho de que hubiera cruzado una frontera, que hubiera caminado en otro territorio, que hubiera respirado otro aire, y que hubiera estado en contacto con "extranjeros", esos seres que no hablan igual que nosotros. En esa época, irse al extranjero era para mí como ir a la luna.

Un día, una persona cercana, un médico amigo de mis padres que se había ido a África por su trabajo, vino a la escuela de mi pueblo a contarnos su viaje. Para mí, este testimonio, como un cuento, sonó como una real aventura y quise entonces irme yo también. Para conocer el mundo, la gente, la belleza de la naturaleza bajo todas sus formas, maravillosos paisajes, hablar lenguas extranjeras con la gente que iba a visitar.

De niña estaba totalmente fascinada por una serie en la tele en los cuales los protagonistas viajaban en mundos paralelos. Pasaban a través de portales mágicos y de repente se encontraban en un lugar antagónico. Tuve la ocasión cuando fui más mayor de cruzar esas líneas que separan a los países, pero no pasó nada de eso. Nada de luces mágicas, ni de seres monstruosos. Resultó ser como cruzar la calle de mi barrio. El mundo era igual, la gente estaba físicamente compuesta igual que nosotros, en fin ningún cambio radical, sino otro mundo a descubrir.

Por esas razones lo extranjero siempre ha ido despertando mi curiosidad.

Paso a paso hacia América latina

La primera vez que salí de mi país, que crucé la línea, fue para ir a España, fue en 2004, de hecho cumplí mis 17 años allá. Participé en un intercambio entre dos institutos, el mío, el de la ciudad de Rambouillet en Francia, y el otro, el de Zafra en la comunidad extremeña en España. Era un sueño que se convertía en realidad. Viajar, tomar el avión, salir de Francia, llegar a otro país, donde la gente no habla igual. Me encantó esa experiencia, viví en casa de una familia genial durante una semana. Fue suficiente para enamorarme de España y de su gente. Sigo en contacto con ellos y desde entonces volví dos veces a visitarlos. Eso es lo esencial en mis viajes, permanecer en contacto, seguir preocupándonos los unos de los otros.

Dos años después elegí una carrera de lenguas extranjeras en la universidad donde aprendí muchísimo a propósito del mundo hispánico: las culturas, las independencias, las guerras, lengua, historia contemporánea, etc. ¡Pero que frustrante era estar cada día solo mentalmente en España y América latina! Ya necesitaba irme por esas tierras. Entonces el tercer año tuve la oportunidad de irme de intercambio universitario por Europa, por supuesto decidí irme a España, y escogí la ciudad de Sevilla en Andalucía.

El río Guadalquivir
visto del puente San Telmo separa a Triana del Casco Antiguo

¡Me encantó! ¡Qué ciudad más linda, cálida, donde "se vive bien"! Aprecié la cultura de la ciudad, su historia, sus monumentos, su gente, su energía. Lo que más me impactó fueron las relaciones, unas relaciones humanas mucho más sencillas entre las personas, y sobre todo con todas las generaciones, en Francia nunca solía hablar con las abuelitas por la calle o en el autobús. Aproveché mi estancia para hacer mi primera práctica en una empresa sevillana, We Love Spain que promocionaba la interculturalidad y organizaba eventos como fiestas, visitas turísticas y proponía ayudar a los extranjeros que llegan a la ciudad. Aproveché también para viajar por Andalucía, visité Granada, Cádiz, Ronda, Córdoba, Gibraltar y Algarve en Portugal. ¡Son lugares preciosos!

El balance de esa experiencia, era que había conocido a mucha gente muy interesante, procedentes de diversos horizontes, de varios países. De repente el mundo me pareció mucho menos grande y mucho más accesible. Fue entonces que decidí que quería trabajar con esa gente, trabajar en un ámbito social como siempre lo había querido, con gente multicultural.

Al regresar elegí una carrera especializada en las relaciones y la cooperación entre los pueblos y las culturas.

Para mi práctica me fuí a México, a la península yucateca, a trabajar durante tres meses en una ONG de protección medioambiental: el Centro Ecológico Akumal. Eso fue mi primera experiencia en América latina y me encantó. Estuve trabajando en el programa de la protección de la tortuga marina, hice el patrullaje nocturno para ver a los animales y colectar datos, protegerlos, y sensibilizando al público sobre el respeto de las especies. Fue una experiencia muy interesante trabajar en una zona donde se mezclan los intereses financieros de las actividades turísticas y los intereses ecológicos. Es un trabajo difícil, de mediación entre los distintos actores de la zona, pero muy interesante. Me gusta encontrarme en la naturaleza, en esos lugares donde te preguntas cómo el planeta puede ser tan bonito, de dónde viene esa belleza. Son tan apacibles. Aún mejor cuando se puede observar a los animales, a los que tienen esa gran suerte de vivir en esos lugares mágicos donde no hay preocupaciones. Soy una grande defensora de los animales, tanto que mis amigos suelen llamarme Brigitte, por la muy famosa actriz francesa Brigitte Bardot, sex-symbol de los años 1950-1960 que ahora se reconvirtió en la figura emblemática de la protección de los animales.

Cuidando una tortuga
identificarla, medirla, protegerla mientras está desovando

¿Y ahora?

Actualmente estoy buscando otra práctica en Sudamérica. Aunque me gustó mucho el tema medioambiental, quiero descubrir otros ámbitos. Me interesaría trabajar en los entornos de la solidaridad: el comercio justo, los micro-créditos, la defensa de los derechos humanos y si se puede relacionarlos con el medio ambiente mejor. Estamos viendo que el modelo según el cual se desarrolló el mundo tiene muchos fallos, y que tenemos que repensar nuestros modos de vivir y cooperar. Relaciones más justas, viéndonos tal como somos, es decir iguales, nadie es superior al otro, y tenemos que aprender los unos de los otros. Creo que tenemos mucho que aprender de los latinoamericanos en cuanto a la participación del pueblo a la democracia y a las iniciativas populares, que permiten el cambio social. Por eso quiero trabajar con la gente del continente, para que intercambiemos nuestras ideas. Mi meta es que cuando regrese en mi país, puede empezar a trabajar, poniendo en práctica y dando a conocer las cosas innovadoras que aprendí en América latina.

Coups de coeur

Ahora les quiero recomendar unas páginas de la web que creo que valen la pena visitar:

  • La primera es la de un grupo de música francés con miembros procedentes de tierras latinas. Yemaya La Banda es un grupo compuesto por 12 mujeres, 12 "locas" de la salsa que tocan ritmos salseros y latinos. Las conocí hace unas semanas en el marco de un festival latino al cual hemos participado con la clase para presentar a nuestra asociación, embrujaron a todo el público, el cual no podía parar de bailar. Es una experiencia intercultural, mestiza llena de generosidad.
  • La segunda página que tienen que visitar es muy importante para mi y para mi compañero y mis compañeras de clase, es la de nuestra asociación RICIAL: Relaciones Interculturales y Cooperación Internacional América Latina. Acabamos de dar la luz a esa asociación gracias a la preciada ayuda de los estudiantes de los años anteriores, de los nuevos alumnos que seguirán la formación el año que viene, y nuestros profesores. Nuestra meta es crear lazos entre todos los estudiantes que han seguido la formación, con las numerosas asociaciones latino americanas de Lille, y con las empresas de la región. Queremos trabajar junto con todos esos partenarios, como futuros profesionales de la cooperación con el continente latinoamericano. La página web está en construcción.

 Les invito a compartir aquí algunas reflexiones sobre la economía social y solidaria

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