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Mis primeros pasos en Ecuador

Martes 16 de febrero de 2010, por Delphine Pasquay

Después de cruzar Los Alpes para obtener en Módena (Italia) un primer ciclo universitario en lenguas extranjeras aplicadas (español et italiano) en el marco del programa Erasmus , Delphine cruzó el Atlántico y Los Andes y llegó a Loja, en el sureste de Ecuador.

Desde algunos años, tuve el sueño de ir a Ecuador para descubrir este país que me atraía mucho tanto por la diversidad de sus riquezas culturales como por sus estupendos paisajes.

En el año 2008, decidí inscribirme en el primer año de Master en Relaciones Interculturales en la Universidad de Lille para aprender más sobre el continente latinoamericano. Quería efectuar mi pasantía en una Alianza francesa porque deseaba acercarme a una institución que enseñara el francés pero que también desarrollara actividades culturales. Tuve una respuesta positiva de la Alianza francesa de Loja en Ecuador. ¡Mi deseo de ir a América latina y a Ecuador por fin se iba a realizar!

Ecuador, heme aquí!

Para terminar mejor esos seis meses de estudio, me embarqué en un viaje que iba a cambiar mi visión de la vida y abrirme nuevos horizontes.
Llegué al aeropuerto de Quito el 28 de marzo del 2009 a las 8 de la mañana. Mi vuelo para Loja era ocho horas después. Debía esperar sola en el aeropuerto. Al llegar, no me dí cuenta de que estaba en otro continente. El cansancio del viaje no me lo permitía.

Llegué al aeropuerto de Catamayo, una pequeña ciudad localizada a 40 kilómetros de Loja. ¡Mi primera sensación era el calor! Eso fue un cambio radical respecto al frío que hacía en Francia en marzo. La directora de la Alianza me esperaba con la familia lojana con la que iba a vivir durante los tres meses. Me explicaron que aunque Loja estaba a solo 40 kilómetros de allí, no había el mismo clima, sencillamente porque al contrario de Catamayo, Loja está a más de 2000 metros de altitud. La diferencia climática que existe en Ecuador entre las provincias es tremenda y es algo que me sorprendió mucho.

Descubrí la ciudad de Loja por primera vez el día después. Esta ciudad queda en la sierra, en el sur del país, cerca de la frontera peruana. Antes de empezar mi pasantía, tenía un día libre que me permitió pasear por las calles, para aclimatarme a mi nueva ciudad. Mi primera sensación era extraña porque justamente no me sentía desorientada. Eso tal vez se explica porque es una ciudad pequeña que tiene un poco más de 175 000 habitantes. Además, reconocí lo que leí sobre esta ciudad, el hecho de que fue reconocida como la tercera ciudad más ecológica del mundo. Estaba muy impresionada por la puerta de la ciudad, monumento construido en los años 1998 1999, que se parece un poco a un castillo.

La puerta de la ciudad de Loja

Lo que también me llamó la atención, fue la cantidad de iglesias y plazas que tiene la ciudad. Lo que me gusta mucho es que ambos lugares tienen su encanto. En efecto, se convierten en un lugar de encuentro para la gente y para mí, es muy cálido.

Cerca de Loja, se puede visitar Vilcabamba, un pueblo famoso por la longevidad de sus habitantes. Se dice que se debe a su clima muy agradable y a su tranquilidad. En efecto, cada vez que tuve la oportunidad de ir a Vilcabamba, esa tranquilidad, la pude sentir y me permitió descansar de mi semana de trabajo en la Alianza. Sin embargo, una vez, "subí" la montaña famosa de Vilcabamba, llamada "Mandango", que tiene una forma muy divertida. Cuando la vemos desde abajo, tenemos la rara impresión que se trata de un rostro humano, porque se distingue muy bien la nariz y una boca que sugiere una sonrisa. Eso fue un episodio muy intenso para la deportista que soy...Efectivamente, al llegar arriba, frente a la cara del "Mandango", parecía que ella se reía al ver en qué condición física me encontraba después de esa excursión.

Vilcabamba
Frente a la montaña "Mandango" después de un esfuerzo sobrehumano...

Mis misiones en la Alianza francesa

Mi pasantía tuvo lugar desde el 30 de marzo al 22 de junio del 2009. La directora de la Alianza francesa de Loja me encargó de muchas responsabilidades en el seno de la institución. En efecto, cada mes se desarrollan actividades culturales, el Cinemaf y el Café Concierto, dos eventos en los que tenía misiones que cumplir.

Cinemaf, se trata de una difusión de una película en el teatro de la Alianza. Tuve la idea de realizar una encuesta para que la gente nos diera más informaciones respecto a sus preferencias cinematográficas con el fin de atraer más personas a este evento.

Respecto al Café Concierto, es un evento musical, en el cual participé ayudando a la organización, presentando a los grupos que tocaban e invitando a la gente para los eventos ulteriores de la Alianza.

La Fiesta de la Música

El evento más importante para mí fue mi participación en la organización de la Fiesta de la Música, que existe en Loja desde el 2006 y que ahora es muy popular en la ciudad. Por primera vez, en el año 2009, los artistas locales y nacionales iban a compartir el escenario con un grupo francés de París, «Ina Ich».
Para organizar este gran evento, participé en la elaboración del presupuesto, y también en la elección de los grupos que iban a tocar. Además, estaba a cargo de buscar auspiciadores, y tuve también la oportunidad de ser entrevistada por los medios de comunicación locales (radio, televisión, periódicos).

La organización de un tal evento contribuyó a hacerme descubrir otro aspecto de los Ecuatorianos en la manera de trabajar. En efecto, la Alianza francesa trabaja en colaboración con la gente local y me dí cuenta de las diferencias que podían existir entre ambas culturas. En efecto, lo que me gustó allá en el ambiente laboral es, por ejemplo, la capacidad de la gente de no estar estresada. Aunque siempre está atrasada. La directora de la Alianza francesa me informó de esta diferencia en la manera de trabajar. Por consiguiente, era un criterio a tomar en cuenta cuando se organiza un tal evento.

El 18 de junio del 2009, día del evento, durante todo el día tuve la responsabilidad de «Alma Rasta», un grupo de Quito que venía a tocar. Debía acompañarles a las diversas citas que tenían (entrevistas, prueba del sonido, tocada etc). Los músicos eran muy simpáticos, y contribuían a hacerme descubrir otro lado cultural del Ecuador, el de su ciudad de origen Quito, y de la música reggae ecuatoriana. Son personas muy tranquilas, y que disfrutaban de su estadía en Loja, ciudad que no conocían. Evidentemente, cuando les decía de estar listos a tal hora, nunca lo estuvieron. Lo que me hacía reír y aumentaba mi estrés al mismo tiempo.

Al final, el evento fue un éxito porque había mucha gente y tuvimos suerte con el tiempo, bastante agradable para escuchar conciertos al aire libre.
¡Fue un día intenso pero apasionante! El evento se acabó poco después de medianoche.

Fiesta de la Música
El grupo Alma Rasta durante el show de la Fiesta de la Música.

Después de eso, fuimos a festejar con el grupo Alma Rasta en un bar de la ciudad. Pero en Loja, los lugares cierran a las 2 de la mañana, una hora que, para nosotros franceses, nos parece muy temprana. La fiesta fue muy corta.

Algunas horas después, a las 7, debía juntarnos con el grupo en su hotel para acompañarles al terminal de bus, porque tocaban el día siguiente en Cuenca. Por consiguiente, fue una noche muy breve, y al llegar al hotel, nadie estaba listo, pero eso no me sorprendió para nada...Llamé para avisarles que les esperaba, el manager del grupo respondiendo: "sí sí, ya llegamos". El problema es que tenían el bus a las 8.00 y temía que lo perdieran porque en Ecuador, la gente está a menudo atrasada pero los transportes, ellos, nunca lo están. Con suerte, llegamos a tiempo y los músicos fueron muy satisfechos de su representación en Loja y fueron muy cordiales, invitándome en Quito antes de mi despedida de Ecuador.

Todo lo que sucedió durante mi pasantía fue muy beneficioso. Tuve la oportunidad de participar a la organización de los eventos de la Alianza francesa. Lo más importante para mí, la Fiesta de la Música, fue una experiencia muy enriquecedora para mi recorrido profesional y personal. Además, me permitió estar enfrentada al mundo cultural. Del punto de vista laboral, pude confrontarme a una experiencia en el ambiente intercultural, lo que me gustó mucho.
Por consiguiente, me dio ganas de trabajar en el mundo profesional en el mundo cultural. Este año, de nuevo, voy a hacer una pasantía de cinco meses mínimo, y por supuesto quiero reiterar la experiencia en América del sur, trabajando en el seno de un organismo cultural que promociona la cultura latino americana.

Soy una persona muy curiosa, entonces me gustaría descubrir otro país de América latina para conocer un lado diferente de este continente. Sin embargo, si tengo la oportunidad de volver a Ecuador, no dudaría ni un segundo, porque este país me sedujo.
En efecto, quedarme sólo tres meses allá, me dejó un sentimiento de frustración, porque es una estancia demasiada corta para pretender conocer la cultura ecuatoriana y desarrollar fuertes lazos en las relaciones humanas. Por consiguiente, volver a América latina por al menos cinco meses favorecerá una inmersión más profunda del punto de vista cultural pero también profesional.

 Sitios para descubrir la cultura de Loja :