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Acercándonos

Lunes 1ro de febrero de 2010, por Emmanuel Buteau

Nacido en Louviers (Eure), Emmanuel hizo un primer ciclo de lenguas extranjeras aplicadas y fue profesor de español antes de darle a su vida el giro que aquí mismo nos cuenta.

Primero, ¡buenos días!

En octubre de 2008 decidí abandonarlo todo para encontrar una vía que me corresponda más. Por eso me dirigí hacia el mundo de la cooperación internacional y la interculturalidad.

¿Qué pasó en mi vida?

Puede que la respuesta esté en Barcelona. Es el año que siempre me trae los recuerdos más suaves. La gente que conocí, las culturas que descubrí, la ciudad que recorrí. Estos nuevos caminos que se ofrecían a mí me acercaron a los que me rodeaban. La convivencia en mi piso barcelonés fue el primer paso hacia el mundo. Era un antiguo piso del barrio popular del Raval, que se ubica justo detrás de La Rambla. Eramos un montón en este pisito, tanta gente que en un principio ni sabía cuántas almas ocupaban el lugar. Filipinos, bolivianos, un argentino, y un francés, claro. ¡Ay qué suerte tuve de verdad! Allí evolucioné mogollón.

Barcelona desde el Montjuic

Todavía me acuerdo de la primera cena. Tenía miedo, no entendía nada cuando la gente me hablaba en español y como el inglés tampoco me iba muy bien, pues cogí una lata de atún, un poco de pan molde y me encerré en mi cuartito. ¡Qué tímido de verdad! Unos meses después ya era todo diferente. Captaba mejor el español, el "boliviano", el "argentino". Ya no cenaba solo en mi cuarto sino que compartía comida con mis compañeros de piso. Me trataron "requete" bien, sobre todo una boliviana que me encantaba. Muy a menudo cuando volvía de la Uni para el almuerzo, al entrar en casa estaba ella, en la cocina, preparándose algo, y siempre me ofrecía un poco de comida. Arroz, unos plátanos fritos. Siempre era una pasada pasar un rato con ella, charlar, reírnos. Compartiendo comida, compartiendo ideas, compartiendo momentos de una deliciosa sencillez. Y al fin y al cabo, con un poco de Filipinas, una pizca de Bolivia, un toque de Argentina y una cucharadita de Francia, Barcelona me ofrecía un plato muy sabroso que pude aprovechar sin moderación ... .

Un paseo por el barrio de El Born

Esta época me ha dejado un sabor muy dulce en la boca y unas ganas tremendas de descubrir, de abrirme, de vivir y de convivir

El encuentro con el otro

Sinceramente, fue entonces cuando entendí la realidad del mundo, la existencia de otros pueblos, otra gente con una lengua diferente, especialmente latinoamericanos. O sea estaba en España, o más bien tendría que decir Cataluña, viviendo en un piso internacional. De repente, desde el balcón que daba a la calle, se me abría el mundo entero. Cuento esta experiencia, tal vez hubiera podido elegir otra. Pero ella me impactó profundamente y forma parte de lo que soy, de cómo vivo.

Con todo eso hoy en día estoy en un camino que, espero, me llevará a trabajar en proyectos de cooperación con el continente latinoamericano desde Europa, y España es una posibilidad que estoy contemplando. Esta posición de puente que tiene España me parece muy interesante tanto para América Latina como para Europa. Aún así, no descarto la idea de viajar a América Latina porque yo sé perfectamente que la labor del terreno es la que cuenta.

La idea básica que me animó es lo de entrar en contacto con el otro para descubrir, entender, y actuar. Me enamoré profundamente del mundo hispano, de sus culturas, sus idiomas, y ahora tengo claro que quiero trabajar dentro de este marco.

Me atraen varios temas : el medio ambiente, el turismo solidario, la inserción de las poblaciones marginadas. Existen proyectos que permiten a personas sentirse menos aisladas, mediante actividades artísticas, culturales, deportivas. Siempre que se puedan crear más intercambios, más vínculos sociales entre las personas, me animo y me dedico al 100 por ciento.

Creo que se pueden construir nuevos modelos de vida, hacia más equidad y dentro del respeto de todo lo que nos rodea. Dicho así, puede parecer utópico, casi sacado de una telenovela, pero al menos a uno le permite ir adelante. Esto es lo que necesitamos: ir todos juntos adelante.

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