Célina Marie, por Anaïs Munier

Celina nació y pasó su niñez en una ciudad del Norte de Francia llamada
Maubeuge. Fue durante un viaje a España que tanto su vida como su objetivo profesional cambiaron totalmente. En efecto, después de una niñez tranquila Celina había empezado una carrera en psicología en la universidad de su ciudad. Durante un verano se fue de niñera a las Islas Canarias. Este viaje la transformó completamente y no creo exagerar si uso la palabra “flechazo” para describir su encuentro con España.

Celina regresó totalmente subyugada por la belleza del país, por la gastronomía, por los bailes y por el descubrimiento de una nueva lengua. Volvió completamente seducida por la cultura española y decidió acabar con su antigua carrera y empezar una licenciatura de español en Francia. Su objetivo era aprender lo más posible sobre el país que adoraba.

Después de licenciarse y antes de volver a España, decidió abrirse a otros países y a otras culturas al efectuar un año de intercambio universitario en un país Europeo con el programa Erasmus. Eligió entonces pasar un año en Grecia.

Aprendiendo español...en Grecia

Celina estudió allí un máster en literatura latinoamericana pero también tuvo cursos de lenguas extranjeras (griego, portugués, italiano y español). Viajó mucho dentro del país, en las islas griegas pero también hacia otros países cercanos como Turquía, Serbia, Bulgaria y Macedonia. Durante esos viajes se dio cuenta de la enorme riqueza que le ofrecía esta experiencia y tomó conciencia de lo apasionante que era descubrir y compartir su cultura con extranjeros y la suerte que tenía de vivir estos intercambios con los habitantes de estos países culturalmente tan diferentes de Francia. Decidió entonces buscar un máster que le permitiera aprovechar sus experiencias personales y profundizar sus conocimientos en el ámbito de las relaciones interculturales.

Al regresar a Francia, oyó hablar de un máster llamado “relaciones interculturales y cooperación internacional” en Lille y se dio cuenta de que era justamente lo que estaba buscando. Era como si fuera una señal del destino. Es curioso como a veces, todos los elementos que al principio no tenían relación entre sí, se encajan perfectamente hasta ofrecer una vista clara de su futuro. En efecto, los cursos propuestos en este máster correspondían totalmente a lo que Celina deseaba estudiar y decidió con mucha ilusión matricularse en el máster.

No fue decepcionada para nada y decidió efectuar la práctica del primer año en España, como encargada de los eventos culturales de la Alianza Francesa de la ciudad de Gijón. Ademas de su entusiasmo por la vida española, descubrió un ámbito y un trabajo con mucha responsabilidad que le encantó desde el primer día.

Sus experiencias en el extranjero han claramente influenciado a Celina en la elección de su futura carrera: encargada de las relaciones internacionales universitarias. De hecho, empezará en Marzo próximo una práctica en este ámbito. No nos cabe duda de que será todo un éxito.