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¡A mis amistades interculturales !

Martes 15 de febrero de 2011, por Guillaume Jacquemart

Lo más importante en todas esas experiencias es actuar con mucho respeto para el otro, aceptar lo que alguien está dispuesto a darte o a recibir.

Cuando llegué a Argentina, la primera cosa que me llamó la atención es la manera como se relaciona la gente. Me sorprendió ver que la gente me podía dar tanto cariño de repente. Estaba un poco desestabilizado. Por un lado me ponía incomodo pero por otro me venía bien ya que acababa de llegar al país y me reconfortaba mucho sentir ese cariño. Pensé que tenia que dejarme querer, no podía rehusar esas primeras manifestaciones de amistad que me daba la gente.

Cuando uno se va al extranjero tiene que dejar de lado su manera de relacionarse y estar dispuesto a encontrarse con otros comportamientos. Es cierto que puede ser muy desestabilizador : las distancias entre los cuerpos pueden ser muy variables en América Latina o en Europa. Un gesto puede ser rápidamente mal interpretado y dejar a una persona ofendida o totalmente desconcertada.

Me acostumbré muy rápidamente a esa manera de relacionarse : no se ponen barreras, se tutean y se besan fácilmente , se abrazan...Dicho esto, con las chicas de mi edad, tenia que ser muy cuidadoso en mi manera de interpretar sus comportamientos conmigo. En Francia , una chica que te da caricias, que te muestra su cariño, que te toma en sus brazos, te está diciendo que le gustas y que te quiere seducir. La verdad es que, en Argentina era un poco sorprendente al principio, pero me di cuenta rápidamente que a menudo no había más intención que la de llevarse bien con la persona que uno acaba de conocer.

Sin embargo era muy difícil para mi actuar de la misma manera con la gente. Yo soy muy sociable, pero no podía, de entrada, mostrar mucho cariño a un recien conocido. Siempre esperaba que él o ella me mostraran su afecto antes de hacerlo yo. Tenía miedo de equivocarme y de hacer gestos fuera de lugar. Es que no podemos cambiar de repente los codigos de nuestra cultura cuando hemos actuado según ellos durante años y años.

Con los argentinos de Bilbao

Guardé tantos buenos recuerdos de Argentina, que cuando el año pasado tuve que elegir un organismo donde realizar mi practica de estudios en España, no dudé ni un momento en hacerla en una asociación de inmigrantes argentinos que se encuentra en Bilbao.

Haber tenido esa experiencia en Argentina me ayudó mucho para poder integrarme al grupo. Saber como actuar con los argentinos me permitió romper rápidamente el hielo. Además, les sorprendió ver un francés hablar español con acento argentino (ya que he aprendido castellano allá) y tomar maté. [1]. Entonces de ver un francés que sabe prepararlo y servirlo a los demás permitò romper las barreras que se suelen encontrar durante los primeros encuentros. Pude crear lazos de amistad muy fuerte con los argentinos que trabajaban en la asociación.

Era mucho más complicado con los vascos. Tienen una manera de relacionarse mucho más fría, y la verdad es que era un poco difícil estar en un mismo día con mis amigos argentinos y luego con los conocidos o amigos vascos que yo tenia... Tenía que tener dos comportamientos totalmente diferentes. Muy intimista con los argentinos, y más contenido, recatado, con los vascos. Ellos no muestran nada. En muchas ocasiones tenía la impresión de molestarles. Era complicado entonces definir la manera de comunicarme porque sentía una presion que me impedía expresarme con naturalidad. Fue muy frustrante al principio: por un lado, me sentía integrado en el grupo argentino y por otro, excluido de la comunidad vasca.

Revisando códigos relacionales

Busqué entonces otras maneras de actuar . Me acuerdo haber charlado de ese tema con un amigo vasco que pasó la mayoría de su vida en Argentina. Pese a estar "en casa", le costaba mucho comunicarse con su gente. Eso occuriò desde el momento que volvió de Argentina para vivir de nuevo en el País Vasco : en contacto con la argentina, su propria cultura habia evolucionada y le impedia relacionarse, como lo hacia antes de partir.

Con los argentinos de Bilbao durante el mundial de fútbol de 2010.

Con ese testimonio, entendí finalmente que al estar acostumbrado a una cultura intimista o cercana como la argentina, uno intenta sortear las estrategias relacionales de quienes pertenecen a una cultura menos cercana y actúan así para poder mantener una distancia que les parece necesaria para protegerse. Decidí entonces a actuar sin buscar esta confrontación y contentarme con el nivel de intimidad que las personas vascas ofrecían. Esa manera de comportarme me permitió en definitiva tener relaciones amistosas con vascos. Relaciones que a veces son más difíciles de crear pero una vez que te invitan a sus casas, estás considerado como un verdadero amigo.

Lo más importante en todas esas experiencias es actuar con mucho respeto para el otro, aceptar lo que alguien está dispuesto a darte o a recibir. Reexaminar sus propios codigos es necesario, y créenme, vale ampliamente la pena, porque gracias ello yo conservo recuerdos muy lindos y amistades muy fuertes.

 Ver también: una "biografía" de Guillaume por Cyrielle Bellanger.


[1Con sus ritos de consumo (uno lo prepara y lo comparte con los presentes que beben del mismo mate y con la misma bombilla), esta bebida simboliza la fraternidad y la hospitalidad de los argentinos