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Vivir en una tribu Kanak... una experiencia inolvidable.

Domingo 13 de febrero de 2011, por Anaïs Munier

Gracias a mis padres, ambos apasionados por los viajes y el descubrimiento de nuevas culturas, tuve la suerte de viajar muchísimo y de vivir 8 años en Polinesia Francesa y en Nueva Caledonia.

Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Chile, Rusia, Vanuatu, Bali, República Checa entre otros. Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Chile, Rusia, Vanuatu, Bali, República Checa, fueron algunos de nuestros destinos. El "virus del viajero", mis padres me lo han transmitido y tuve la suerte durante mis estudios de hacer intercambios universitarios en varios países.

Durante mi licenciatura en LEA [1], me fui dos años al extranjero como fille au pair [2]. El primer año, lo pasé en Inglaterra, en la ciudad de Wimbledon ( Londres), el segundo en España, en Sevilla y luego estudié el máster 1 LEA en Canadá en Montreal. Allí aprendí a descubrir y a adoptar las culturas de los países extranjeros. En efecto, me parece indispensable adaptarse a las nuevas costumbres para integrarse y ser aceptado por los habitantes.

Si tuviera que elegir un lugar en el que el choque cultural ha sido lo más importante, elegiría sin duda Nueva Caledonia. Viví durante 3 años en una isla llamada Lifou en la que aparte de un colegio y de unos mercadillos, no había nada más que el mar y kilómetros y kilómetros de playas de arena fina como harina. Un paraíso natural..

Los "choques" culturales

Vivíamos mis padres, mi hermana y yo en un pueblo Kanak [3] en el que vivía la tribu del jefe Damien Rouach. Eramos la única familia blanca del pueblo y fuimos aceptados como miembros de la tribu. Era una obligación participar en todas las fiestas y costumbres del pueblo en traje tradicional, aunque para nosotros más que una obligación era un gran privilegio.

En esa tribu se compartía todo y adaptarse a este nuevo modo de vida no fue fácil para nosotros al principio. Aunque la idea de ayuda mutua entre los miembros de la tribu me parecía estupenda, aplicar este nuevo funcionamiento en la vida diaria era mucho más delicado para nosotros, europeos, acostumbrados a un sistema mucho más individualista.

Para citar algunas anécdotas, me acuerdo que muy a menudo, personas que no conocíamos de la tribu entraban en casa y tomaban café y leche directamente en la nevera sin pedir permiso, lo que chocaba mucho a mi madre que no estaba acostumbrada a eso. Sin embargo, en la comunidad Kanak, ese comportamiento era natural y la gente esperaba que actuáramos del mismo modo con ellos.

Me acuerdo también que a veces, cuando volvíamos del "cole" mi hermana y yo, encontrábamos a los hijos de los vecinos mirando nuestra tele, tumbados en el sofá como si estuvieran en su propria casa. Debo admitir que la primera vez estábamos mos muy sorprendidas pero como con todo, aprendimos a adaptarnos a la vida en comunidad.

Ahora, al acordarme de estas anécdotas, me da mucha risa y me acuerdo de ellas con mucho cariño, pero es cierto que adaptarse a este nuevo modo de vida no fue fácil.

Sin embargo, lo logramos y esta experiencia de convivencia en esta tribu quedará siempre como el recuerdo de un maravilloso e inolvidable ejemplo de adaptación a una cultura diferente. Siempre me acordaré de esta estancia en Lifou como una experiencia extraordinaria y extremadamente rica de encuentro con el otro.

- Ver más:Célina Marie habla de Anaïs


[1Lenguas extranjeras aplicadas al comercio internacional...ingles, español, ruso

[2Una "jeune fille au pair" es una estudiante entre 18 y 25 que va a vivir durante 1 ano en una familia en un país extranjero para cuidar a los niños y aprender una lengua extranjera

[3Los Kanak son los nativos de Nueva Caledonia