Una familia ecuatoriana llevaba este jueves casi una semana internada en un campo de retención para indocumentados en Francia, después de ser detenida cuando estaba de vacaciones, a pesar de residir regularmente en Bélgica, informó este jueves una ONG.

"Nos han tratado como a criminales" denunció el ecuatoriano de apellidos Suntaxi Díaz, contactado por teléfono por la AFP, quien fue detenido el viernes junto a su esposa, también ecuatoriana, y a su hija de dos años, de nacionalidad belga, en Cherburgo.

Luego fueron internados en el campo de retención de Rennes (Bretaña, oeste), según la CIMADE, única ONG de defensa de los derechos humanos autorizada en los campos de retención.

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La familia, con residencia en Bélgica, estaba de vacaciones en Francia cuando fue controlada el viernes pasado a bordo de su automóvil en Cherburgo.

Este jueves permanecían internados en el campo de retención de Rennes, que esperan abandonar el viernes.

"Los policías constataron que no teníamos los documentos de nuestra hija y que no podíamos probar que estábamos en territorio francés desde hace menos de tres meses (por no tener que someterse al control fronterizo en el espacio Schengen). Nos llevaron entonces a la comisaría para verificar", explicó la esposa de Suntaxi.

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"El mismo viernes en la noche, las autoridades belgas habían confirmado que la pequeña era de nacionalidad belga y que los documentos de la pareja estaban en regla", explicó Damien Nantes, representante de CIMADE.

No obstante, el prefecto (gobernador civil) del departamento de La Mancha ordenó que la familia fuera expulsada del territorio francés, por lo que primero fue detenida en Cherburgo y luego trasladada al campo de retención de Rennes, según la fuente.

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"No comprendía por qué nos detenían si los policías habían obtenido las informaciones que les interesaban", agregó la mujer.

"Nos trataron como a asesinos, nos fotografiaron y nos registraron", explicó. "Mi marido debió desvestirse y me dijeron que hiciera lo mismo", contó.

Felizmente "la pesadilla se termina mañana", dijo aliviada. La familia será conducida a la frontera por la policía. "Es lo que estamos pidiendo desde el comienzo", insistió la mujer.

No obstante, la odisea de la familia ecuatoriana no terminará con su expulsión del territorio francés, pues su automóvil quedará retenido. "Nos dijeron que teníamos que pedir una visa para venir a buscarlo", declaró la mujer.

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Para el representante de la CIMADE es "una situación dramática y absurda" dentro de un contexto de objetivos de expulsión en cada prefectura.

Dentro de su política migratoria, el gobierno francés se ha fijado objetivos sobre el número de extranjeros indocumentados que deben ser expulsados.

Contactada por la AFP, la prefectura de La Mancha no ha hecho comentarios sobre lo sucedido.